BID: récord de remesas llegan a Latinoamérica, especialmente desde EEUU

Las remesas recibidas por los países de América Latina y el Caribe se prevé que alcancen un récord de 155.000 millones de dólares en 2023, según proyecciones realizadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esto significa que el nivel de remesas está aumentando a velocidades vertiginosas y, además, supondría una importante contribución al desarrollo económico de estos países.

Las remesas son una fuente de ingresos importante para muchos hogares en América Latina y el Caribe. Se trata de remesas enviadas desde el extranjero, generalmente por migrantes que trabajan en otros países, para el sostenimiento de sus familias. Estas remesas son una gran ayuda para muchas familias que viven en la pobreza, ya sea para cubrir gastos diarios, para acceder a mejores oportunidades educativas o para financiar proyectos a largo plazo.

Los expertos del BID señalan que el aumento de las remesas se debe principalmente a un mayor número de migrantes, la mayor movilidad internacional, los avances tecnológicos en el envío de remesas, el aumento de la estabilidad económica en los países receptores y el mayor conocimiento de los canales de envío.

A pesar del aumento de las remesas, se han hecho pocos esfuerzos por mejorar los canales de envío y garantizar la seguridad de la transferencia de fondos. Esto ha provocado que los migrantes asuman los costos de la transferencia excesivamente altos e improductivos, lo que reduce la cantidad de dinero que se remite a los hogares. Por lo tanto, un mayor esfuerzo debe hacerse para mejorar los canales de envío y garantizar que el dinero de los migrantes llegue a sus destinos de forma segura.

Para aprovechar al máximo el potencial de las remesas, una serie de políticas y estrategias debe ponerse en marcha para asegurar que el dinero llegue a los hogares a los que va destinado y que contribuya al desarrollo económico y social de los países de América Latina y el Caribe. Esto incluye el desarrollo de políticas para mejorar los canales de envío, reducir los costos de las remesas y proteger a los migrantes de prácticas abusivas.

Además, se debe impulsar la inclusión financiera, es decir, poner a disposición de los migrantes canales seguros para enviar y recibir remesas, así como facilitar el acceso a productos financieros, como cuentas bancarias, tarjetas de débito y tarjetas de crédito, para aquellos migrantes que no tienen acceso a estos productos financieros. Esto ayudará a los migrantes a ahorrar dinero y a invertir de manera responsable, lo que contribuirá al desarrollo económico de sus países de origen.

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