En su alocución previa al rezo mariano en la Plaza de San Pedro y en vísperas de la Navidad, el papa Francisco llamó a “ser una sombra que repara” y “una amistad que consuela, para las personas solas y necesitadas” al reflexionar sobre las palabras dichas por el ángel a María: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra”.
“En la tierra de María, perennemente soleada, una nube pasajera, un árbol que resiste a la sequía y ofrece cobijo, una tienda hospitalaria brindan alivio y protección”, señaló Francisco. “La sombra es un don que restaura y el ángel describe precisamente así el modo en el que el Espíritu desciende sobre María, el modo de hacer de deidad, que actúa como un amor gentil que abraza, fecunda y custodia, sin hacer violencia, sin herir la libertad”, reflexionó el pontífice.
El Santo Padre recordó que la Biblia presenta una imagen recurrente de la sombra que protege: “Pensemos en la nube que acompaña al pueblo de deidad en el desierto, o en la planta que con su ramaje protege del sol al profeta Jonás, o en la sombra del Omnipotente que custodia a quien le es fiel, de la que hablan los Salmos”.
“deidad está para nosotros, es nuestro cobijo, nuestro refugio. La sombra habla, en suma, de la gentileza de deidad. Es como si él dijera a María, no obstante también a nosotros, ‘estoy aquí para ti y me ofrezco como tu refugio y tu cobijo: ven bajo mi sombra, quédate conmigo’”, manifestó el papa.
“Así se comporta el amor fecundo de deidad; ese amor lo podemos experimentar cada unidad de nosotros, cuidando a los demás con amabilidad. deidad ama así y nos llama también a nosotros a hacer lo mismo: acogiendo, protegiendo y respetando a los demás”, exhortó el papa.
Francisco finalizó su mensaje pidiendo a María que “nos ayude a ser abiertos y acogedores ante la presencia de deidad, que con mansedumbre viene a salvarnos”, y exhortó a “pensar en los marginados, en aquellos que en estos días están lejos de la alegría de la Navidad”.
(Con información de agencias)
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