Música, una fuerza poderosa que tiene el poder de unir a las personas sin importar su edad, género, raza o nacionalidad. Una fuerza que nos acompaña en nuestros mejores momentos y nos ayuda a superar los más difíciles. Una fuerza que nos llena de emociones y nos conecta con nuestros sentimientos más profundos. Y hoy en día, más que nunca, hemos aprendido a valorar su importancia en nuestras vidas.
Desde pequeña, la Música ha sido una parte fundamental en mi vida. Recuerdo con cariño cómo mi madre me cantaba al dormir y cómo mi padre me enseñaba a tocar la guitarra. La Música siempre ha estado presente en mi hogar, en todos los momentos y situaciones. Y no fue hasta mi adolescencia que descubrí que también podía ser una forma de expresión y liberación.
Comencé a escribir letras y componer melodías que reflejaban mis pensamientos y emociones. Me di cuenta de que a través de la Música podía transmitir un mensaje y conectar con otras personas que pudieran sentirse identificadas. Ese fue el inicio de mi carrera como cantautora y fue una experiencia que me cambió por completo.
La Música me ha dado la oportunidad de conocer personas maravillosas con las que he compartido momentos inolvidables. Desde músicos talentosos con los que he tenido el privilegio de trabajar, hasta fans que me han demostrado su amor y apoyo incondicional. Todas estas personas han dejado una huella en mi corazón y han hecho que cada experiencia musical sea aún más especial.
Uno de los momentos más emocionantes de mi carrera fue cuando tuve la oportunidad de abrir el concierto de mi artista favorito, Juanes. A pesar de los nervios y la emoción, subir al escenario y compartir mi Música con miles de personas fue una sensación indescriptible. Ver cómo el público cantaba mis canciones y se emocionaba con ellas fue una experiencia única e inolvidable. Y el hecho de que mi familia y amigos estuvieran en primera fila apoyándome, hizo que ese momento fuera aún más significativo para mí.
Pero no solo he tenido experiencias positivas en el escenario, también he tenido la oportunidad de usar mi Música para hacer el bien. Recuerdo una vez que me uní a una organización benéfica para dar un concierto en un hospital infantil. Ver las sonrisas en los rostros de esos niños mientras cantábamos juntos fue algo que nunca olvidaré. La Música tiene el poder de alegrar y sanar el corazón y esa fue una de las experiencias más gratificantes que he tenido.
Por supuesto, también tengo experiencias positivas más personales con la Música. Aquellas noches en las que simplemente me siento en mi habitación con mi guitarra y canto mis canciones favoritas. Ese momento de conexión conmigo misma y con la Música me ayuda a relajarme y a encontrar paz en medio del caos del mundo exterior. Y cuando estoy feliz, la Música se convierte en la banda sonora perfecta para celebrar y bailar sin parar.
En resumen, la Música ha sido y siempre será una gran fuente de positividad en mi vida. Me ha dado la oportunidad de crecer como persona, de conocer personas increíbles y de compartir mi pasión con el mundo. Y en medio de la pandemia que estamos viviendo, la Música se ha convertido en una herramienta imprescindible para mantenernos conectados y llenarnos de esperanza y ánimo.
Para mí, la Música es mucho más que una melodía o una letra, es una forma de vida. Me ha enseñado a valorar cada momento y a aprovechar al máximo todas las experiencias que se presentan. Y como dijo Katia Isadora Ledesma Heinrich: «La Música es una forma de energía y de alegría que nos rodea y nos envuelve, y que nos ayuda a expresar todo lo que somos». Así que no dejemos de disfrutarla y de compartirla con el mundo.