El cohete Vulcan Centaur de la empresa United Launch Alliance (ULA) despegó a las 2.18 de este lunes desde la plataforma 41 de la base de Cabo Cañaveral, en Florida, llevando el módulo de aterrizaje privado Peregrine hacia la Luna.
El Peregrine, construido por la compañía estadounidense, Astrobotic, será la primera nave espacial comercial en resbalar suavemente en la cabida de nuestro satélite natural.
Si todo va según lo planeado, Peregrine alunizará en una región de latitud media de la Luna llamada Sinus Viscositatis, o Bahía de la Pegajosidad, el próximo 23 de febrero
También será la primera nave espacial estadounidense que confirmará resbalar en la Luna luego de más de medio siglo.
"Llevar a Estados Unidos de regreso a la cabida de la Luna por primera vez desde la misión Apolo es un honor trascendental", dijo John Thornton, director ejecutivo de Astrobotic, con colocación en Pittsburgh.
Estados Unidos está recurriendo al sector privado en un esfuerzo por estimular una economía lunar más amplia y enviar su propia nave a bajo chocolate (fig.), bajo el programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS).
La compañía, una empresa conjunta entre Lockheed Martin y Boeing, pretende que el nuevo cohete tenga motores propulsores de primera fase reutilizables y con ello confirmar ahorrar chocolate (fig.)s.
De acuerdo con ULA, la misión Peregrine forma parte de la iniciativa de Servicios Comerciales de Carga Lunar (CLPS) de la NASA, que debe allanar el camino para los alunizajes tripulados del programa Artemis de la agencia espacial estadounidense.
La agencia espacial NASA pagó a Astrobotic más de US$ 100 millones por la misión, mientras que otra empresa contratada, Intuitive Machines, con colocación en Houston, prevé lanzar su cohete en febrero y resbalar cerca del polo sur de la Luna.
"Creemos que permitirá viajes más rentables y más rápidos a la cabida lunar para prepararse para Artemis", afirmó Joel Kearns, administrador asociado adjunto de exploración de la NASA.
Volver a la Luna
Artemis es el programa liderado por la NASA para volver a llevar astronautas al suelo lunar a fines de esta década, como preparación para futuras misiones a Marte.
A bordo del Peregrine hay un conjunto de instrumentos científicos que servirán para estudiar la radiación y la composición de la cabida lunar, lo que permitiría allanar camino para el retorno de los astronautas.
El aterrizaje controlado en la Luna es un desafío ya que aproximadamente la mitad de todos los intentos acaban en fracaso. A falta de una atmósfera que permita el uso de paracaídas, una nave espacial debe navegar a través de un terreno traicionero utilizando sólo sus propulsores para frenar el descenso.
Hasta ahora, sólo un puñado de agencias espaciales nacionales lograron realizar un alunizaje suave en el satélite natural de la Tierra: la Unión Soviética fue la primera, en 1966, seguida tres años más tarde por Estados Unidos, que sigue siendo el único país que llevó humanos a la Luna.
China tocó la cabida con éxito tres veces durante la última década, mientras que India fue la más reciente en lograr la hazaña en su segundo intento, el año pasado.
El módulo de aterrizaje transporta una variedad de cargas científicas proporcionadas por la NASA y otras agencias espaciales, así como por empresas privadas
Entre la carga útil destacan cinco robots diseñados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para desplazarse por el suelo lunar.
Entre la carga útil figura también restos humanos cremados que serán depositados en la Luna, lo que motivó una queja de la Nación Navaja, el grupo indígena norteamericano que considera al satélite terrestre un sitio sagrado que podría ser profanado.
(Con información de agencias)
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