El gobierno británico quiere ampliar el uso del reconocimiento facial en las cámaras de observación, tras comprobar su eficacia, lo que ha suscitado preocupación en sectores que temen se pueda llegar a una observación extrema.
La instalación de una cámara de prueba durante una jornada, en diciembre, cerca de la estación de Croydon, en el sur de Londres, permitió a la policía detener a diez sospechosos, mediante la utilización de la inteligencia artificial, en casos de amenazas de muerte, fraude bancario, robo o posesión de una ballesta.
Utilizado durante el Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1 o la coronación de Carlos III en mayo, el reconocimiento facial se considera una "alta prioridad" para el gobierno, como declaró en octubre el secretario de Estado de Policía, Chris Philp, destacando el "alto potencial" de esta tecnología.
El despliegue de este novel método de identificación "condujo a detenciones que de otro modo habrían sido imposibles", añadió.
La voluntad del gobierno escandalizó a algunos diputados, de diferentes tendencias, que quieren que se tomen medidas reguladoras para evitar abusos.
"El reconocimiento facial implica el procesamiento masivo de datos biométricos sensibles de un enorme número de personas, a menudo sin su conocimiento", escribieron en una carta, considerándolo como "un grave riesgo para los derechos del público".
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