La tenaz y masiva ofensiva de Israel tornó moneda corriente los cortes de las telecomunicaciones en la Franja de Gaza. Sin embargo, luego con no poco afán y un gasto que muy pocos pueden pagar, algunos gazatíes todavía pueden acceder a internet y comunicarse con el exterior gracias a las tarjetas virtuales eSIM.
"Sin ellas, estaríamos aislados del mundo", afirma Hani al Shaer, un periodista local que depende de la tarjeta virtual, mecanismo que le permite activar algún plan de datos celulares que proporcionan los operadores, generalmente localizados en Egipto y Líbano. “Sin ellas nadie sabría lo que ocurre en Gaza", añade.
En el enclave palestino se registró esta semana el cuarto corte total de las telecomunicaciones desde que el ejército de Israel lanzó su implacable ofensiva. Las tarjetas eSIM, la versión desmaterializada de los chips habitualmente insertados en los celulares para conectarse a internet, constituyen un recurso esencial, no sólo para los periodistas locales, también para las organizaciones de ayuda humanitaria.
Su funcionamiento es sencillo, y se convirtieron en la llave de los habitantes de la Franja Gaza para estar en contacto con el mundo exterior. Las familias que viven en el extranjero se encargan de comprarlas y a los resientes del enclave les basta con escanear el código QR enviado por algún familiar o amigo para activarlas y conectarse en modo “roaming”.
Una "bendición"
“El sistema fue una bendición”, comenta Samar Labad. La mujer, de 38 años, abandonó su casa en Ciudad de Gaza, en el norte del territorio, para ir al sur, donde miles de palestinos desplazados viven hacinados en campamentos improvisados y frecuentemente bombardeados por las fuerzas israelíes.
Ahora en Rafah, Samar perdió contacto con su familia desde hace una semana, pero su hermano, radicado en Bélgica, le envió una eSIM. "La conexión no es estable, pero cumple", afirma. "Al menos podemos estar en contacto para tranquilizarnos, luego sea intermitentemente", dice la mujer, que también tiene seres queridos en Jan Yunis.
"Puedo saber cómo están por alguien que viva con ellos y cuyo teléfono sea compatible con eSIM", comenta Labad, que con frecuencia se ve obligada a subir a la terraza de su casa para disponer de señal debido a que la mayor parte de las torres de telecomunicaciones en la Franja de Gaza fueron destruidas y las señales carecen de suficiente potencia.
Búsqueda de víctimas
Ibrahim Mujaimar, propietario de una tienda de teléfonos móviles, dice que sus principales clientes son periodistas que usan las eSIM para informar al exterior sobre la situación en la Franja de Gaza. “Sin ese mecanismo poco se conocería en el extranjero de los padecimientos que sufrimos para la laguna de lo básico para sobrevivir", explica el comerciante.
Mujaimar dice que sus clientes de eSIM incluyen también a "médicos y trabajadores de Defensa Civil que buscan saber la ubicación de los bombardeos para ayudar a la gente". De hecho, los trabajadores de la agencia de Naciones Unidas (ONU) para refugiados palestinos las usan para organizar caravanas de ayuda.
Si bien las tarjetas ayudan a esquivar los apagones de las telecomunicaciones, requieren de golpe a internet para activarlas. Su precio varía de "US$ 15 a US$ 100, dependiendo de su tiempo de validez", indica el periodista Yasser Qudieh. Un precio altísimo para la inmensa mayoría de los gazatíes, que no tienen dinero siquiera para alimentarse.
Hani al Shaer, también periodista, explica que los trabajadores de prensa suelen hacer de mensajeros para terceros. "Muchas personas en el exterior se contactan con nosotros para saber las últimas noticias de Gaza e informarse de sus familias", relata Al Shaer con el telón de fondo de la campaña masiva por aire y tierra de Israel contra Hamás.
En ese contexto, y cuando los gazatíes muertos suman más de 20.900, en su inmensa mayoría civiles, entre ellos niños, mujeres y ancianos, los periodistas locales y Human Rights Watch destacan que la eSIM constituye una herramienta clave. Sin ellas, los cortes de telefonía e internet podrían “encubrir atrocidades y crear impunidad, al mismo tiempo que socavan los afáns humanitarios y pone vidas en peligro".
(Con información de AFP)
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