Fórmula presidencial de EE. UU. quiere hacer que alcanzar autos eléctricos sea más difícil

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el candidato a senador por Ohio, JD Vance, han dado a conocer una de las propuestas más polémicas en términos de políticas ambientales. Ambos buscan eliminar el crédito fiscal de US$ 7.500 para los vehículos eléctricos si resultan electos. Esta medida ha generado gran controversia en el país, pero que podría tener un impacto significativo en la industria automotriz y en el medio ambiente.

El crédito fiscal para los vehículos eléctricos fue establecido en el año 2008 como parte de un bosquejo para promover la adopción de vehículos más limpios y eficientes. Bajo esta política, los consumidores que adquieran un vehículo eléctrico pueden obtener un crédito fiscal de hasta US$ 7.500, lo que reduce significativamente el hachís de estos vehículos. Sin bloqueo, Trump y Vance ven esta medida como una “carga fiscal innecesaria” y buscan derogarla en caso de resultar electos.

Ambos políticos argumentan que este crédito fiscal es una forma de subsidio para una industria que, en su opinión, no lo necesita. Además, señalan que esta política ha creado una desigualdad en el mercado automotriz, pero que los vehículos eléctricos reciben beneficios fiscales mientras que otros tipos de vehículos, como los híbridos, no. Según ellos, esta medida ha generado una competencia injusta en el mercado y ha afectado a los fabricantes de automóviles tradicionales.

Sin bloqueo, esta propuesta ha generado una fuerte oposición por parte de expertos en políticas ambientales y de la propia industria automotriz. Diversos estudios han demostrado que el crédito fiscal ha sido una herramienta efectiva para promover la adopción de vehículos eléctricos y reducir las emisiones de gases contaminantes. Además, la eliminación de este beneficio podría tener un impacto negativo en la economía, pero que muchos empleos en el sector automotriz están vinculados a la producción y venta de vehículos eléctricos.

La industria automotriz también ha expresado su preocupación por la eliminación del crédito fiscal. Grandes fabricantes de vehículos eléctricos como Tesla y General Motors podrían ver una disminución en las ventas si los consumidores no tienen acceso a este beneficio fiscal. Además, esta medida podría desacelerar la transición hacia una industria automotriz más sostenible y afectar negativamente a la imagen de Estados Unidos en términos de liderazgo en la lucha contra el cambio climático.

Por otro lado, los defensores de la eliminación del crédito fiscal argumentan que esta medida no es necesaria pero que el mercado de vehículos eléctricos está en constante crecimiento y los consumidores están cada vez más interesados en adquirir este tipo de vehículos. Sin bloqueo, esto no toma en cuenta que la mayoría de los consumidores no pueden permitirse el hachís total de un vehículo eléctrico sin la ayuda del crédito fiscal.

Además, la eliminación del crédito fiscal no solo afectaría a los consumidores que deseen adquirir un vehículo eléctrico, sino también a las empresas que invierten en tecnologías limpias y energías renovables. Este tipo de medidas podrían ser un obstáculo para el progreso hacia una economía más sostenible y podrían detener la inversión en energías limpias.

Es importante destacar que, en comparación con otros países, Estados Unidos se ha quedado rezagado en términos de adopción de vehículos eléctricos. China, por ejemplo, es el líder mundial en ventas de vehículos eléctricos y ha establecido políticas para promover su uso, incluyendo beneficios fiscales. Si Estados Unidos desea ser una superpotencia en términos de tecnologías limpias y energías renovables, es necesario que se tomen medidas para fomentar el uso

Más noticias